miércoles, 20 de enero de 2016

Te extraño.

Extraño lo que eramos, lo que fuimos y lo que no llegamos a ser. Extraño lo que tal vez nunca seremos, porque el tiempo y la vida a veces son así. 
Extraño ser cursi e idealista y creer que sí va a funcionar, que todo va a ser brutal más adelante, que nada va a cambiar ni un poco y, de cambiar, sería a mejor. Porque es lo que más quise en el mundo, pero no depende de ti ni de mi. No.

No sé que decirte que ya no te haya dicho millones de veces. No sé cómo cómo hablarte franco porque tu nombre cambia sin descanso, cómo verte a los ojos porque tu espalda siempre hace de pantalla.

No sé que decirte porque realmente me importa lo que vayas a pensar cuando lo diga.

No sé qué decirte porque no sé cómo enmendarlo, no sé como remediar esto, y temo que cualquier cosa que diga no sea suficiente. Nunca fue suficiente. Nunca será suficiente.

Contigo nunca hubo mariposas, pero sí la certeza de que mientras estuviéramos juntos todo iba a estar bien. Ahora me doy cuenta que controlar la mayor cantidad de variables posibles no da certeza, la certeza no llega nunca.

Te voy a extrañar toda la vida, te lo juro. Nos voy a extrañar. A los dos. Aunque haya otra gente, aunque decidas ser feliz en otra parte, en otra cama, amarrado a otra cintura, aunque decida ignorarlo para poder vivir en paz. La nostalgia me va a durar toda la vida.

Eras tú, sigues siento tú. Pero el tiempo y la vida a veces son así.

martes, 5 de enero de 2016

midnight

Back then, we had good nights. We had fun and smiles and tons of laughter. We had kisses and hugs in midnight. We had little, but it was great. Life isn't about quantity,  it's about quality, right? Also is love. We had chemistry, the only thing that can't be faked. We had unforgettable nights. We had good mornings and coffee. We had rum and vodka.  We had nothing to worry. We had no regrets. We were crazy and out of our minds. 
We had so little, and yet it was enough. 
For me it was enough.

martes, 29 de diciembre de 2015

Lo que tenías que saber y yo nunca te dije, pt. II

"Si no se recuerdan las cosas malas, es mejor tampoco invocarlas" 


Nunca te dije que tengo mala memoria, pero creo que es algo que sabes. Creo que al final aprendiste a conocerme tanto como te conozco yo. Nunca te dije que cuando me molesto puedo soltar una retahíla de palabras coherentes y punzo penetrantes, pero creo que eso lo descubriste más tarde, aún cuando siempre quise tratarte con todo el respeto del mundo y darte todo aquello que pudiese hacerte un hombre feliz. 

Nunca te dije que mi amor por ti era tolerante, comprensivo y paciente, pero estoy segura que nunca hizo falta decirlo. Estaba lleno de bondad, de cariño y de ese “algo” que me hacía mirarte con la misma sonrisa que el primer día. Octubre 2010, en un salón de clases lleno de carajitos. Nunca te dije que esa mala memoria y ese “algo”, harían que 5 años más tarde olvidara todo lo malo que pasó. O es que, genuinamente, prefiero olvidarlo.

Nunca te dije que me era común desearte y tener ganas de saltarte encima por las noches. Que me gustaba abrazarte mientras dormías porque siempre tenías la espalda y los pies tibios, y que para mí ese era el mejor lugar del mundo. Que siempre tenía ganas de besarte la espalda y acariciarte la piel y decirte al oído cuánto amaba tus manos, la barba de tres días que te dejabas, el perfume que te ponías, lo bien que me besabas.

Nunca te dije que me encantaba sabernos parecidos y distintos, que tuviésemos todo/nada en común. Beethoven/Queen. Armin/Armin. NY/Miami. Café/café. OR/Consultorio. Que tengamos tantas cosas similares y a la vez tantas diferencias. Nunca te dije que dejé de escribir no por ti, sino por mí. 

Nunca te dije que cuando algo me disgustaba decía malas palabras en francés para que no entendieras mis molestias y así no acumular resentimientos, ¿ahora ves por qué no guardo rencor? Nunca te dije que quería hacer el amor contigo a las tres de la mañana y de alguna manera comunicarte, en inglés o en francés, algo del irrefrenable amor que te tenía.

Nunca te dije que quizás debí buscarte menos, quizás provocarte más… pero que tú debiste quedarte. Que debimos quedarnos juntos, viajar por el mundo en mi cama, deshacer las almohadas. Que debí hacerte reír más, esconderte el casco, y los zapatos y las llaves, abrazarte por la espalda y nunca dejarte ir. Debí no haberte querido tanto,  tú debiste quererme más. 

Nunca te dije que darte todo de mi se sintió como no haberlo hecho, como gritarle a una pared, como lanzarte de un avión y que no abra el paracaídas. Nunca te besé hasta quedarme sin aire, ni te abracé hasta quedarme sin fuerza. Nunca te dije que debí y debiste, que debimos tanto, que nos debemos tanto. 


Nunca te dije te amo, y debí.

lunes, 30 de noviembre de 2015

Adeus

Pensé que iba a tener un montón de cosas que decirte, y no, no puedo. Aún lo estoy asimilando. Porque en algún momento pensé que íbamos a ser tú y yo en esta ciudad horrible, aunque todo el mundo se fuera y otro poco más se rindiera, porque no habría otra opción, porque nos la dábamos de valientes o porque no tendríamos realmente el valor de buscar otra cosa, otro norte, otro rumbo, pero tú sí. Tú lo buscaste de la nada. Y ahora me quedo yo acá. Decidiste dejarme, también de la nada, y no sé qué hacer, no sé cómo seguir con una vida en la que no te había contado pero de la que ya eras parte.

Yo no buscaba a nadie y te vi, y ahora sé que no me hallaré sin ti. No sé qué mierda haré. Hubiéramos sido tan felices, te lo juro. Eso era todo lo que yo quería, ser y hacerte feliz. Pero ahora estoy dudando que llegue a conseguirte alguna vez, ni en otra cara, ni en otro cuerpo, ni en otra ciudad, ni en otra vida. No te voy a conseguir, entonces ¿qué hago? ¿Me consigo una nueva razón de ser? ¿Me resigno a que no vas a venir nunca? ¿A una vida eternamente sin ti? No puedo. No estoy lista. Déjame bloquearlo un rato, déjame seguirte imaginando a mi alrededor, a 20 minutos, a 1 snap, a 1 whatsapp, a un "vamos a ver que hay en Directv", a un "¿arepas o hamburguesas?". Déjame recordar que en algún momento sí tuvimos oportunidad de ser felices o porfa ayúdame a que se me olvide.

Tengo una sensación de mierda encima, esa que me dice que el 2016 va a ser el año más difícil de toda mi vida. Que puede ser una premonición o bien una manera de prepararme para cuando las cosas se vayan un poco más a la mierda. No importa cuál de las dos sea, la sensación no se me va. Y a este año todavía le queda 1 día de elecciones, mi cumpleaños y dos semanas de dolor de cabeza.

Tengo miedo. Y ganas de irme. Y 3 años por terminar. 1 acto de grado al que ir. 3 más. 3. Tres. 

Tengo miedo. 

Tengo burda de miedo.
Y en ninguna de tus maletas quepo yo.

sábado, 12 de abril de 2014

Clarity.

Vengo acá a escribir que no sé cuál es el punto en que te das cuenta que amas sin más, pero tengo aferrados a la memoria algunos momentos bastante preci(o)sos. 

Como cada vez que me hablas de ti y yo te escucho atenta. Y luego hablamos de la vida y las vueltas que da la misma, que a veces nos cuesta comprender. Y te digo tonterías mientras miro el cielo en tus ojos y tu sonrisa que es toda sol. Y todo es tan simple, tan fácil, y nos confiamos todo sin temor porque yo puedo también levantarte y empujarte cuando tú no puedas o no sepas cómo comenzar. Entonces descubrí que más que encantarme, me hiciste amarte. Y desde entonces se ha sentido bien.

O como aquella vez que reconocí que la magia nace en los momentos más simples y por eso ser feliz es tan sencillo. Yo acariciaba tu barba mientras tú mirabas absorto mis ojos. Y nos hablamos con la mirada, sin premura, aun cuando todo mi cuerpo quería  abrazarse al tuyo para siempre. Y entonces decidí quedarme quieta, quietecita, mientras contemplaba tus ojos color del tiempo de cerca, muy cerquita. Y me besaste. Entonces descubrí que te amaba, así, sin más. Y desde entonces se ha sentido bien. Sencillamente bien. 

O cuando me preguntas a dónde quiero ir y lo único que se me ocurre contestar es “contigo” a todo. ¿Qué quieres hacer?, ¿qué se te ocurre?, ¿para donde nos vamos?, ¿a qué hora? Y yo no pienso en ningún lugar, ninguna zona, ningún local o lo que sea; yo sólo pienso que contigo. Tal como cuando respondo que contigo prefiero mis días y mis noches, porque desde que comencé a amarte sin más, no tengo otro nombre que contestar. Y desde entonces se ha sentido bien. Sencillamente bien. Hermosamente bien.

O como todas las veces que me siento a escribirte. A veces lo hago para no extrañarte tanto, pero cuando lo hago te extraño como nunca. Porque me da por escribirte que amo tus pecas, tus manos, tu música, tu corazón, tu sonrisa, tus brazos, tus ojos, tu barba, tu hablar, tus labios, tu espalda, tus lunas, tus lunares, tu piel, tus monólogos internos que no sé, tus labios, tus ojos, tu nariz, tu manera de tomar, tu voz, tu piel, tu voz, tus lunares, tus pecas. Y desde entonces se ha sentido bien. Sencillamente bien. Hermosamente bien. Absurdamente bien. 

No sé cuál es el punto exacto cuando te das cuenta que amas sin medida, pero tengo aferrados a la memoria algunos momentos bastante preci(o)sos porque tú. A veces nos decimos tanto y siento tanto, pero cuando no hablamos siento más. Y cuando te toco siento mucho más, y cuando te beso siento todo eso y más y más. Tanto que podría salirse por mis ojos. Por eso, mi amor, cada vez que sonrío, cada vez que te beso, cada vez que te sueño… los cierro.

miércoles, 29 de enero de 2014

Did I let you know...?

“¿Qué estarías tú dispuesta a dar por mi? ¿O hacer?”

Yo puedo ofrecerte todo mi amor. Todos los besos del mundo, todos los días. Todos los que tú quieras pero sobre todo los que necesites. Yo puedo ofrecerte darte besos en la frente a las 4am porque no puedes dormir y hablarte en francés, si quieres.

Yo puedo ofrecerte todo el amor que siento por ti. Que nació de la nada y sin planificarlo, sin quererlo, incluso. Puedo ofrecerte prepararte un jugo de parchita o un café, lo que tú prefieras. Yo puedo ofrecerte compartir mis post-its contigo, hasta los de mi color favorito. Creo que me conoces lo suficiente para saber que eso es un gran gesto de mi parte, un sacrificio descomunal, uno de esos que hacen las mujeres que aman de verdad.

Yo puedo ofrecerte absoluto respeto hacia el hombre que eres, aceptarte all day every day, incluso cuando no te sientas bien. Puedo ofrecerte entender que necesites estar solo a veces. Puedo ofrecerte estar orgullosa de ti así estés en una cancha de futbol o en el Aula Magna.

Yo puedo ofrecerte mis horas libres, las que quieras, porque me gusta pasar tiempo contigo. Puedo ofrecerte extrañarte todas las noches y enviarte voicenotes cuando no pueda estar contigo porque tengo parcial. Yo puedo ofrecerte hacer algo extraordinario contigo ahora mismo.

Yo puedo ofrecerte toda la tranquilidad y la confianza del mundo. Puedo ofrecerte ver Dr. House contigo todo el día, o películas, lo que te provoque. Puedo ofrecerte tomarte todas tus fotos. Puedo ofrecerte olvidarnos que fue hace años que nos conocimos y que de ahora en más, nada tenga sentido.

Yo puedo ofrecerte algunas escapadas a la playa, a la Colonia Tovar, al estadio, al teatro, compartir contigo mis lugares favoritos de Caracas. Puedo ofrecerte mis labios, que son tuyos, y mis oídos que aman tu voz. Puedo ofrecerte acariciarte hasta que te duermas y hasta dejarme el cabello largo.

Yo puedo ofrecerte peas divertidas, (más) tardes con vodka, nunca decirte que bajes la velocidad. Puedo ofrecerte no ser una ladilla con eso de que te pongas el casco. Puedo ofrecerte apoyo y admiración incondicional. Puedo ofrecerte maravillarme siempre con tu talento infinito. Puedo ofrecerte la certeza de que aunque estés vestido de payaso, de verde quirófano, de #1, de hincha, de lo que sea, me vas a encantar.

Puedo ofrecerte dejarte brownie y helado, aun cuando me digas que no quieres. Puedo ofrecerte darte un beso en la nariz y arroparnos cuando esté lloviendo y tengas frío. Puedo ofrecerte todo este amor que hiciste que creciera en mí. 

Puedo ofrecerte late saturday nights and long sunday mornings in bed. Puedo ofrecerte un sofá, una cobija y una película, unir tus pecas y formar galaxias en tus hombros, en tu espalda. Puedo ofrecerte esforzarme por hacerte tan feliz como siempre quise, todos los días. Yo puedo ofrecerte dar todo y más por ti, only if you’re here.

¿Será suficiente?